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CENTRO HISTÓRICO
¿DÓNDE ERA EL CENTRO DE NUESTRA CIUDAD?
Nos relata Don J. Ascensión Baltasar (1), el profesor Chonito como cariñosamente lo conocíamos, que:
"Nuestras calles principales formaban un punto de cruz en las esquinas de las calles que actualmente tienen el nombre de Av. Juárez y Av. Arteaga.
"Allí era el centro, donde se iniciaba lo que se llamaban cuarteles y en ese punto preciso cambiaban de nombre las calles que iban al norte, al sur, al oriente y al poniente, así que de este punto al sur la calle se llamaba del Valle, al norte Arteaga, al poniente Zaragoza y al oriente Juárez y anteriormente Calle Nacional".
Y se indigna por lo siguiente:
"Pues sucede que en la Alameda era más ancho su trazo que el trazo del Jardín, ya que los dueños de los lotes del lado norte de la calle Ocampo se fueron extendiendo para sacar línea de calle directa del jardín, en lugar de respetar el trazo original, en el cual estaba contemplado que al unirse la calle Aldama con la Del reloj, cruzando con la Arteaga, quedara una cuadrita igual a la que quedó en el lado poniente del jardín o sea que los vecinos mencionados de la Ocampo, se adjudicaron una buena porción de terreno que correspondía para que la calle saliera recta de un lado a otro de la ciudad.
"De esta manera hubiera quedado completamente simétrico en el centro de nuestra ciudad, y sólo para comprobar lo que antes se dijo respecto a la nomenclatura, se dirá que la actual calle Emilio Carranza, del jardín rumbo al arroyo se llamaba Degollado y del jardín al norte se llamaba Porfirio Díaz, nombre que después de lo de Madero, cambió a Jesus Carranza, pero a la muerte del Sr. Madero se pugnó porque volviera a igual nombre, pero habiendo alguna oposición, hubo transacción y tampoco conserva el nombre de Don Jesús Carranza".
Allí concluye su crónica realizada en junio de 1998, aunque no cita sus fuentes, el apreciable maestro y amante irremisible de Valle de Santiago, Don J. Ascensión Baltasar Castillo (fallecido a la edad de 87 años el 4 de diciembre de 2006).
Y en efecto, tal cual nos relata el profesor Baltasar, aún se pueden apreciar algunas placas con la nomenclatura de las calles en el centro divididas ya no en "Cuarteles" sino en "Sectores". Así, a partir del centro, estaban los cuatro grandes cuadrantes principales de la ciudad: Sector Lascurain, Sector Guanajuato, Sector México y Sector Reforma. Más allá del primer cuadro, aparecían zonas pobladas que ya no merecieron estar en ninguno de estos cuatro originales cuadrantes sectorizados, como es el caso del populoso barrio alrededor del templo de La Merced, cuyo sector lleva ese nombre en honor de la virgen que celebramos cada 24 de septiembre.
[1] El apellido "Baltasar" está escrito así, de esta manera, por así estar consignado en sus documentos oficiales.
DECLARATORIA DEL CENTRO HISTÓRICO
El denominado centro histórico fue durante muchos años, todos, un esqueleto viviente. No existía ninguna norma que lo regulara o que señalara sus límites precisos.
Lleno de buenas intenciones y no tan buenas, el centro histórico languideció. Hubo administraciones municipales que jamás se preocuparon por la conservación del patrimonio construido y que, por contra, se dedicaron a demoler el patrimonio de los vallenses. Y, análogamente, como el Rey Midas quien todo lo que tocaba convertía en oro, todo lo que compraban convertían en polvo.
El patrimonio cultural de los vallenses, como el de cualquier otra ciudad, les pertenece a los mismos. La posesión y propiedad de los inmuebles es de quienes legalmente las tengan, pero su uso, que es de interés público, no.
Afortunadamente, al menos en papel, ese vacío ha sido llenado. En este 2013 se ha realizado, y publicado en el periódico oficial del gobierno del estado, el denominado Programa de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Ecológico que señala claramente qué y hasta dónde se debe de considerar el centro histórico.
Basado en el Plan Municipal de Desarrollo 2013-2035, este programa sintetiza, al fin, el saber qué somos y de dónde venimos. Clara muestra de que una sociedad sin pasado visible no tiene futuro previsible.
EL CENTRO HISTÓRICO A TRAVÉS DEL TIEMPO
Como todos los elementos de una ciudad, el propio centro histórico ha tenido varios y hasta curiosos cambios. Ciertamente, reflejo de las circunstancias y del dinamismo de las sociedades que albergan, los puntos centrales de las ciudades son marco principalísimo de la historia.
Un ejemplo muy claro de lo anterior es la primera imagen que mostramos abajo. Es un plan de fortificación, orientado con lis en rosa de cuatro vientos. En la parte inferior se aprecia una tabla explicativa de los principales puntos de la fortificación y de los caminos de comunicación con otras haciendas fortificadas, señalados en el plano por clave alfabética.
El manuscrito está dibujado a plumilla en tinta negra y sepia, e iluminado a la aguada en gris y verde, aunque presenta roturas en la parte superior izquierda.
Sumario: Se presenta un plano de la ciudad de Valle de Santiago con su fortificación, en la que se incluyen "la parroquia y varias capillas" e incluye las siguientes notas: "Todo lo que va de media tinta es lo que los rebeldes han destruido; y lo más obscuro es lo que está levantado. Por la parte del poniente sigue un arrabal adonde [está] situado el combento de la Merced, que por estar fuera de toda la fortificación no se han puesto". Al verso anotado en tinta de bugalla: "Santiago" y a lápiz: "Nº 58" [1] [2].
En la segunda imagen de abajo, es de advertirse que los nombres de las calles que aparecen son los actuales, se observa claramente la desolación que tenía el actual centro histórico a principios de 1818, producto de la guerra de independencia, la cual era terrible y evidente. Las áreas mostradas en negro eran las únicas que se mantenían, medianamente, en pie. Así, a principios del siglo XIX, más del 80 % del centro estaba en ruinas (destruido por los independentistas, a decir de los españoles) [3].
Con esta imagen podemos apreciar los cuatro recintos religiosos (San Francisco, El Misterio, Santiago Apóstol y San José) que el Teniente Manuel Sancho levantó y dibujó. Faltaba aún que se erigiera el actual templo del Carmen, que se inició en 1908. También se observa que la actual calle Ocampo continuaba y existía una calle intermedia entre ésta y la Mena y que había un área vacía en la cabeza de manzana que forman las calles de Díaz Mirón, Galeana y Ocampo, sitio que iba a ser destinado para un mercado, cosa que nunca se concretó [4].
Otro asunto interesante que se desprende del levantamiento de Manuel Sancho, es la descrita por nuestro citado Baltasar Castillo, en la extensión del ahora llamado Portal Hidalgo, donde se ubica la Presidencia Municipal, hacia el oriente. Coincide con uno de los bastiones que se edificaron para la defensa y, suponemos por ello, deben de existir algunos vestigios ahí [5].
Hemos querido sobreponer al plano original una retícula, de color verde y de línea punteada, a fin de que sean más claramente contrastables las calles de 1818 con las actuales.
[1] Copia Digital. Real Academia de la Historia: 2010. Memorias de la RAH, t. X, 1886, nº 58, p. 846; Manso Porto, Carmen, Cartografía histórica de América. Catálogo de manuscritos (Siglos XVIII-XIX), Madrid, Real Academia de la Historia, 1997, n.º 50, p. 60; Id., La cartografía de Nueva España en la Real Academia de la Historia durante el virreinato de Juan Ruiz de Apodaca (1816-1821), Revista de Estudios Colombinos, ISSN 1699-3926, n.º 4, abril de 2008, pp. 43-57 (p. 53). Escala gráfica expresada en varas castellanas, por conjetura con otros mapas de la misma colección.
[2] Un agradecimiento muy especial al señor Benjamín Arredondo, salmantino de madre vallense, quien me dio luz sobre este valioso documento.
[3] Ciertamente es que en ese fatídico año de 1818, y para privar de recursos a los realistas siguiendo el conocido entonces como “sistema de desolación”, el cabecilla insurgentes Juan Antonio Torres – El Padre Torres -, manda realizar un incendio total del pueblo de Valle de Santiago.
[4] Lo señala puntualmente J. Ascensión Baltasar cuando escribe que el coronel Guillermo P. de Unda, Jefe Político de Valle de Santiago por algunos años en el último cuarto del siglo XIX, "había iniciado los planes de construir un mercado con vista a la calle Ocampo, delimitada por Díaz Mirón y Galeana, cosas que no llevó a cabo por haber sido llamado a prestar sus servicios en otro Municipio" (Archivo Municipal, enero de 1998).
[5] "Cuando las fiestas del Centenario de nuestra Independencia (1910) el Jefe Político en turno que se llamaba Crescencio Saavedra, nos deja la noticia de que se iban a pavimentar con cemento los tres grandes portales (...) también mencionó un portal o pedazo de portal, que miraba al sur pegado al portal Hidalgo y que se tuvo que demoler por inoperante ya que estorbaba la visibilidad rumbo al sur, de lo que ahora es la calle E. Carranza" (Archivo Municipal, abril de 1998).